8 de enero de 2013

Ciudades posibles


CIUDADES POSIBLES
V.V.A.A.
Escuela Contemporánea de Humanidades
Desórdenes Biblioteca de Ensayo.
LENGUA DE TRAPO

La colección de ensayos que nos ocupa es el resultado de los debates de los miembros del seminario de investigación de la Escuela Contemporánea de Humanidades durante el curso 2001-2002 “sobre la ciudad, sobre la ideas que se ocultan tras ese nombre y también sobre los acontecimientos y previsiones (…) en relación con el sinnúmero de problemas que plantea una humanidad que, cada vez más, vive en, por y para las ciudades”.

Aunque en una primera aproximación pareciera que muchos de los textos no tuvieran relación directa con el tema, lo cierto es que la ciudad, como lugar de intercambio y crecimiento, como elemento que nos define y nos diferencia, permite desarrollar a su alrededor y bajo su concepto toda clase de reflexiones más o menos específicas ya que casi todo está contenido en la ciudad y la afecta o se ve afectado por ella.

Los once ensayos abarcan desde los aspectos históricos de la creación de la ciudad y su evolución y transformación a lo largo de los siglos, hasta su relación con la estadística, la física, la política, los medios de comunicación, las relaciones en la ciudad digital, pero siempre proponiendo hipótesis y reflexiones inconformistas que obligan a posicionarse sobre lo tratado y abriendo puertas que seguramente quedarán abiertas y está bien que así sea.

Tal vez lo mejor del libro sea que ninguno de los ponentes pretende pontificar ni abrirnos los ojos a sus verdades, con lo que se consigue transmitir el clima de debate y reflexión que debe de haber prevalecido en el seminario de investigación.

Merece señalarse la profundidad del texto de Ramón Rodríguez, “El intelectual en la ciudad”, donde abunda especialmente en la relación de la sociedad con los medios de comunicación que resulta bastante movilizador pero, más allá de evaluar cada uno de los textos, tal vez sea más interesante enumerar algunas de las cuestiones que el conjunto nos sugiere y que deja en cada uno la posibilidad de reflexionar y posicionarse al respecto.

¿Es imparable el crecimiento constante de las ciudades?
¿Es viable la implantación de políticas estatales y no municipales que prevean y organicen los riesgos medioambientales y ecológicos que suponen las actuaciones individuales sobre las urbes en beneficio o detrimento de otras? 
¿Nos aísla el desarrollo de las relaciones virtuales o, por el contrario, potencia y complementa la necesidad de contactos directos y personales? 
¿Renegamos de la ciudad por convencimiento o porque idealizamos otras opciones ya casi inexistentes? ¿O es que la escala desmesurada de las ciudades actuales nos obliga a intentar descubrir otro modelo que recupere la escala humana? 
¿Cuál es el lugar del intelectual en la sociedad actual de la comunicación? ¿Debe resignar alguna de sus libertades para acceder a los medios masivos y de esa manera poder proyectar sus opiniones? ¿Qué arriesga con esa opción? 
¿Cuáles serían las posibles consecuencias sociales de la actual transformación del trabajador en agente económico aislado mediante la desaparición de los lazos estables entre el trabajador y su empleo? 
¿Compiten las nuevas formas de vecindad surgidas del mundo digital, que llegan a sustituir al espacio natural, con las formas tradicionales de relación? ¿Es viable una gran urbe digital que jibariza las distancias y permite el ocultamiento personal del individuo tras su propio avatar? ¿Cuál es el riesgo de esas relaciones anónimas tras la pantalla? ¿Hay diferencia entre esa nueva vecindad y la vecindad anónima y civilizada de los grandes bloques de viviendas en los que la gente se saluda y convive pero se ignora realmente? 
La preconizada tolerancia de algunas ciudades cosmopolitas ¿no esconde en realidad una absoluta indiferencia hacia la realidad del otro? ¿Somos tolerantes o queremos que nos dejen en paz? 
¿Cuál es la moral de las ciudades? 
¿Qué ofrecen además de moda? 
¿Existe una ciudadanía digital? 
¿Es realmente una forma de conservación la transformación de los centros históricos en parques temáticos al gusto del turista? ¿Qué supone la rehabilitación de edificios históricos? ¿A cambio de qué? 
¿Son representativos los sistemas democráticos en vigor en esta era digital? ¿Sería viable una democracia que permita la consulta permanente del ciudadano mediante los medios digitales disponibles? ¿Cuáles son sus riesgos? 
¿Es posible democratizar el desmesurado poder de los medios, en especial la televisión? ¿Cómo oponerse a su dictadura mediante métodos democráticos? 
¿Debe el ciudadano resignar derechos en nombre de la seguridad? ¿Cuánto? ¿Con qué garantías?....

Son solo algunos de los temas a considerar a partir de la lectura de las ponencias, ninguno de los cuales admite una única respuesta  y en los que  merece detenerse a pensar un rato.

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