Elena, de Andrey
Zavagintsev
Mientras preparamos
el próximo encuentro para hablar de libros, os dejo la reseña de esta película
que me ayudó a sobrellevar una tarde de domingo del mes de agosto
Titulo original: Elena
Dirección: Andrey Zavagintsev
Guion: Oleg NeginDirección artística: Andrey Ponckratov
Interpretes: Elena Lyadova, Nadezhda
Markina, Alexey Rozin, Andrey Smirnov
Producción: Rusia 2011. 109 minutos.
Drama
Con este argumento el guionista nos propone que juzguemos a cada uno de los personajes. ¿Debe Vladmir permitir que el hijo de su mujer
viva en la marginación o está obligado
a mantenerlo a pesar de ser un parásito social? ¿Es lícito que un hijo se
aproveche del matrimonio servil de su madre? ¿Quién utiliza a quién: Vladmir a
Elena o Elena a Vladmir? ¿Es diferente
el rol del hombre y de la mujer en unas clases sociales
y en otras? El guion parece predisponer a la condena fácil de algunos
personajes pero dos giros magistrales,
el primero relacionado con Elena y el segundo con su nieto, alejan este drama social del maniqueísmo. Un entorno social y familiar hace
de estos personajes miserables lo que son, victimas y verdugos.
Elena es una historia contada con imágenes
en lugar de palabras. Los diálogos son mínimos y, a cambio, una cámara acompaña
a los personajes durante escenas larguísimas
en donde la ambientación es un personaje más. Los grandes espacios de la
impoluta y fría casa del barrio
residencial donde vive Vladimir se contraponen a los escasos metros cuadrados del caótico piso en plena
barriada industrial donde sobrevive la familia de Elena. La protagonista toma un tren que la lleva de un
mundo a otro y el público le acompaña en
el trayecto mientras siente como la tensión crece en su interior igual que crece en el interior de Elena.
La película es sobria,
gris, minimalista pero llena de guiños intelectuales al espectador a
través de los símbolos. El ritmo lento con el que se muestran permite al
espectador ser consciente de ello, aceptarlo o no; aleja la película del adoctrinamiento. En mi
opinión, dos de estas escenas simbólicas
sintetizan todo el fatalismo que subyace
en la película. En la primera de ellas, el nieto de Elena, adolescente
marginado que podría tener una oportunidad, observa desde la distancia de una terraza como los chicos del barrio residencial juegan
al futbol. La forma en la que se divierten es muy diferente a la manera en la que él pasa
el tiempo con sus amigos. La distancia
que lo separa de esos chicos jugando un partido es insalvable, nunca será un
miembro del equipo. La otra escena muestra a su hermano, todavía un bebé, en la cama de Vladimir. Es una cama inmensa de
dos por dos, seguramente las sábanas son
de seda. El niño empieza a gatear por el colchón, despacio,
imparable, llegará al borde de la cama,
es inevitable, está solo ¿sobrevivirá en un lecho tan lujoso o se caerá al suelo?
Elena es la cuarta película del director
ruso Andrey Zvagintsev. Con la primera, El
regreso (2003), ganó León de Oro del festival de Venecia. Elena
ha obtenido el premio especial del jurado
en la sección Una Cierta Mirada Crítica del Festival de Cannes.
Qué ganas me dan de ir a verla. Muchas gracias por la recomendación.
ResponderEliminarGracias, Charo¡¡ Hay que ir a verla. A ver si puede ser antes del 21 y así la comentamos con más criterio.:-))
ResponderEliminarCarmen
Por fin pude verla... Me ha gustado mucho y me ha hecho acordar de EL Peliculón del año pasado: "Nader y Simin, una separación" una película iraní donde el espectador se ve obligado a posicionarse cada cinco minutos respecto la ética y la nobleza cambiante de todos los personajes. Me pareció estupenda la estética y esos planos-secuencia largos y detallistas casi sin diálogos resultan inquietantes. Desde luego recomendable.
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