28 de septiembre de 2022

TERTULECTOS, UNA NUEVA MIRADA - EXPOSICION DE FRANCESC CATALA-ROCA

 


No hemos parado, ni mucho menos, hemos ampliado nuestro campo de acción. Ahora leemos, miramos, escuchamos, tocamos y degustamos. Los cinco sentidos para tomar el pulso a la actividad cultural de nuestro entorno.

Para iniciar esta nueva dimensión de Tertulectos el 29 de junio realizamos una visita a la exposición fotográfica “Francesc Català-Roca. La lucidez de la mirada”. Un título premonitorio para esta nueva etapa de Tertulectos. Una visión más amplia, mas sensorial y más lucida sobre lo que se cuece. Todas las actividades artísticas se complementan y su observación y disfrute permiten una visión más global de la cultura actual.

Fue un placer regresar a ese edificio industrial de ladrillo rojo y estilo neomudéjar ubicado en el barrio de Delicias de Madrid y que en un pasado reciente fue la fabrica de Cervezas El Aguila. Este conjunto arquitectónico junto a otros similares que se encuentran en Legazpi conforman un nuevo eje cultural que aportan creatividad y aglutinan  una intensa actividad cultura al sur de Madrid. La normalidad de nuestra actividad siempre es una anormalidad. Esta vez se juntaron las restricciones de movilidad provocadas por la Cumbre de la OTAN que se celebraba eso días en Madrid y los mas de cuarenta grados a la sombra de los que disfrutábamos.

El complejo El Águila alberga de forma permanente el archivo regional de la Comunidad de Madrid, una biblioteca y un almacén con miles de fotografía de Santos Yubero, otro ilustre de la cámara que contribuyó con sus instantáneas registrar la memoria colectiva de toda una generación. En una de las salas del recinto está expuestas una pequeña selección de su obra relacionada con oficios desaparecidos como los serenos y algunas actividades artesanales.

Me he ido por las ramas porque El Águila es un contenedor en si mismo que merece ser visitado en cualquier momento, aunque esta vez la excusa fue la exposición que PHOTOESPAÑA montó allí durnte todo el verano de 2022. Su título: Francesc Català-Roca. La lucidez de la mirada (en este enlace se puede ver algunas de las características generales de la exposición). La selección mostrada recogía una visión imprescindible para el público que no está familiarizado con la obra de este fotógrafo catalán del que este año conmemoramos el centenario de su nacimiento.

La lucidez de la mirada de los Tertulectos que visitaron la exposición nos dejó algunos comentarios y una selección de sus obras preferidas.

¿Monja despistada?

Catalá capta esta imagen de la hermana, siendo consciente del contraste que existe entre el primer plano de ella y el anuncio de bailes de disfraces, wisky y elección de miss minifalda, carteles en los que ella, probablemente no se fijó.

No sabemos si la hermana estaría esperando a algún acompañante/a de la orden para ir a censurar y reprender a los organizadores de tales despropósitos o quizá para asistir ella misma, camuflada, para desahogarse y liberarse de aquellos años casposos en los que toda España vivía.

Composición, contraste y memoria

Lo primero que me llama la atención de esta foto es la composición. Me gusta el juego simétrico de las motos alineadas, los carteles en posición descendente y el encuadre entre dos escaleras de tijera. Además, me gusta ese predominio del blanco en una foto en blanco y negro. Y después, cuando me detengo a mirar la foto, descubro nombres de artistas que no conozco y que puede que fueran de tercera división, pero que gracias a esta fotografía han perdurado de alguna manera. Esto me hace pensar en el valor documental que tiene la fotografía y también lo azaroso que puede ser que un fotógrafo capte a alguien o algo y lo haga perdurar.

Creo que estas tres facetas (composición, dominio absoluto del contraste entre el blanco y el negro y documentación de una época) están presentes en todas las fotografías de la exposición. Y, por supuesto, la nitidez. Nos hemos acostumbrado a fotografías rápidas con cámaras del móvil, algunas supuestamente buenas, y damos poco valor a la propia técnica fotográfica, como si eso no formara parte del proceso artístico, como si lo pudiera hacer cualquiera. Pero hacer una buena fotografía, como las que se ven en esta exposición de Catalá Roca, está solo al alcance de muy pocos.

La perfección técnica. Foto fija, imágenes en movimiento

Hay en toda la obra de Catalá-Roca una invitación a ir más allá de la imagen capturada. Una fijeza que transmite sin embargo movimiento y que alumbra una historia de continuidad a través de las luces, las sombras, los objetos, los personajes y el encuadre. Todas cuentan una historia. 

Para finalizar deciros que ha merecido la pena retrasar la publicación  del relato de esta visita porque en este intervalo de tiempo las dos cajas etiquetadas con Catalá-Roca, que aparecieron hace unos meses en un armario de la Agrupació Fotogràficade Catalunya (AFC) han sido clasificadas y en su sede exponen 12 fotografías que contenían esas dos cajas, 12 auténticas fotos vintage tomadas en 1950 y 1951 y que muestran quién era ya entonces Català-Roca y, sobre todo, en quién se iba a convertir. Son la fotos que solo es capaz de tomar un domador de la luz.

Os dejo el enlace al reportaje que le dedica El Periodico de España a tan relevante muestra y un video del acto inaugural.

https://www.epe.es/es/cultura/20220926/halladas-cajas-perdidas-exquisitas-fotos-75771457

https://youtu.be/ONb_4nmzbc0




2 de junio de 2022

PARAISO, de Abdulrazak Gurnah


En general, su lectura nos ha dejado un poco fríos. Esperábamos algo más del Nobel y nos sentimos un poco decepcionados. Coincidimos en que se trata de una narración amable, bien escrita, pero muy lineal teniendo en cuenta que los temas centrales podrían ser la esclavitud y los refugiados.

La trama gira en torno al viaje iniciático de Yusuf, desde la niñez ignorante hasta la madurez de un joven que percibe la autentica realidad que lo rodea. Un entorno que se nos describe más próximo a un cuento de aventuras con muchos elementos orientales que nos retrotraen a algunas historias de las mil y una noches y un pensamiento anticipativo y mágico del protagonista. No obstante, hay momentos de sufrimiento, violencia y crueldad extrema, pero sin mostrar heridas. También apuntes de situaciones de indudable calado social, pero sin desarrollarlas.

El inicio es prometedor, Yusuf un niño de 12 años vive dentro de la normalidad esperable en un entorno rural del sureste de África. Las deudas que tiene contraídas su padre con el mercader Aziz provocan que este se lo lleve como garantía de pago futuro. Una forma encubierta de esclavitud aunque está narrada como una especie de pupilaje protector. Yusuf se convierte en un servidor del mercader Aziz, pero no hay explotación, maltrato o vejaciones. El niño está descrito sutilmente como un tipo guapo y un tanto andrógino de forma que cautiva tanto a hombres como a mujeres. Llama la atención el desenfado y la normalización con que se vive la sexualidad en un entorno que los occidentales podríamos imaginar muy cerrado. Otro aspecto destacable es la multiculturalidad que existe en la zona, en la que se sitúa a hindúes, chinos, árabes y nativos africanos de distintas procedencias. La acción transcurre en los inicios de las colonizaciones europeos y las fronteras territoriales de Tanzania, Senegal y la región de los grandes lagos, están aún por definir.

En el transcurso de los viajes en los que Aziz acompaña al mercader se producen situaciones en las que se resaltan las dificultades en la relación de los habitantes de la zona: lingüísticas, religiosas, de poder, de abastecimiento y materias primas, de justicia, de intercambio comercial y, por supuesto, los obstáculos naturales que hay que superar para vivir. Todo esto con la amenaza velada de una guerra y una más que previsible invasión de los países europeos.

Todo es paradisiaco, pero el Paraiso no existe ni siquiera en el jardín del mercader Aziz.

Estoy seguro que este libro tiene su público.

REENCUENTRO



¡Por fin pudimos abrazarnos! ¡Que alegría! 
Y, además, pasamos una tarde preciosa y muy completita. Casi una refundación, volviendo a nuestros orígenes, ocupando la plaza pública, la calle, la que inspiró la creación del Grupo y sigue motivando las lecturas y otras actividades Tertulectas. Siempre, intentando comprender el entorno para contribuir humildemente a divulgar cultura y conocimientos y, por supuesto, escalar en nuestro propio desarrollo personal. No hemos perdido ilusión ni ímpetu, Veo que hemos ganado en madurez y profundizado en nuestra amistad. No se puede pedir más.


Extrañamos mucho a Joaquina, Almudena, María e Inna. Hubo cervezas, fotos y muchos abrazos y los mejores deseos y lecturas hasta nuestro próximo encuentro a finales de junio.

Analizamos el libro propuesto para esta sesión: “Paraíso”, de Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2022.